Publicado en http://juancarlosgomezm.blogspot.com
Año tras año y poco a poco, Cartagena de Indias ha logrado establecerse como uno de los principales destinos turísticos del país. Las características de la ciudad y la variada oferta turística y comercial que se ha consolidado han llamado la atención de los medios de comunicación internacionales.
Recientemente fue incluida en el libro "1.000 lugares que conocer antes de morir" de la escritora Patricia Schultz, quién se refi-rió al sector amurallado de la ciudad como "el museo al aire libre más hermoso del mundo".
Desafortunadamente, de la mano con el incremento del turismo que impulsa el co-mercio formal e informal, está el que llega a la ciudad en busca de una oferta sexual que incluye a menores de edad, tanto niños como niñas.
El problema no es nuevo pero si ha cam-biado con los años.
La ONG nacional Renacer trabaja desde la década de los 80 para erradicar la explota-ción sexual de los niños, niñas y adolescentes del país y ha adelantado más de 20 estudios que les han servido como bitácoras para esta-blecer las medidas que se deben tomar para proteger a los menores.
Mayerlin Vergara Pérez, coordinadora de prevención de la sede de Renacer en Cartage-na dice que la dinámica de la explotación se-xual en la ciudad es cambiante.
"Hace diez años, las menores víctimas de explotación sexual las encontrábamos en los establecimientos nocturnos de prostitución que hay en la Media Luna o en el Parque Centenario. Hoy en día, hemos tenido que trasladarnos a las comunidades, a las institu-ciones educativas... ya no tienen necesidad de salir al centro".
Las nuevas tecnologías han influido en ese cambio. La coordinadora afirma que ahora es más fácil contactar a una niña a través de un chat, de las comunidades cibernéticas o a tra-vés del celular, pero eso no quiere decir que ya no se encuentren menores en los estable-cimientos nocturnos o en las playas de la ciu-dad que sean víctimas de explotación sexual.
"De pronto no es donde se da el acto abu-sivo como tal, pero si es un sitio de contacto entre el turista y el menor, donde en algunos casos interviene un tercero que es el proxe-neta", explica Vergara.
Para proteger a los menores y evitar que esa sea la imagen que se proyecte de la ciudad en el exterior, la Corporación Turismo Car-tagena de Indias junto a la Fundación Rena-cer, el Fondo Canadiense para la Niñez, ECPAT Colombia y la Unicef, desarrollan desde hace seis meses el programa "La mura-lla soy yo".
"Con esta iniciativa buscamos obtener el certificado de calidad turística en nuestro centro histórico, siendo Cartagena la primera ciudad de Colombia que aplica dicha norma-tiva, una meta contemplada en el Plan de De-sarrollo", afirma Luís Ernesto Araujo Rumie, presidente de la Corporación Turismo Carta-gena de Indias.
La idea es crear entornos seguros para la protección de los menores frente a la explota-ción sexual comercial en el contexto de viajes y turismo, restituyéndoles sus derechos fun-damentales.
Para eso han vinculado al programa al personal y los establecimientos relacionados con el turismo.
Según Vergara, la apertura del sector tu-rístico ha sido del 100 por ciento: 6 hoteles de la ciudad, entre los que se encuentran Las Américas, El Capilla del Mar, el Cartagena Plaza y el Dann Cartagena han aceptado im-plementar códigos de conducta para evitar la explotación sexual infantil; bares, restaurantes y discotecas también se han unido al progra-ma; además se han capacitado a más de 300 operadores turísticos informales (vendedores ambulantes, carperos, guías, comisionistas, etc.) para que empiecen a ser agentes activos en la protección de los niños de la ciudad.
"Al inicio (del programa) nos tocó hacer un trabajo de sensibilización fuerte porque muchos de los operadores no visibilizaban la explotación como un problema, eran indife-rentes o creían que era algo que se presentaba en los barrios más pobres".
Tres razones
"La explotación sexual infantil en Carta-gena es una realidad, no podemos seguir atendiendo víctimas sin generar medidas de prevención", dice Vergara y una pieza clave en la prevención son los operadores turísticos, quienes son el principal vínculo entre los vi-sitantes y la ciudad.
Con las capacitaciones que se han hecho hasta el momento y el diplomado en Explo-tación sexual infantil en el contexto de viajes y turismo, que inició la semana pasada en la Universidad de Cartagena, se espera dejar de lado la permisividad y la indiferencia.
Con esas conductas se están violando los derechos de los menores, dejándoles secuelas psicológicas; además de afectar el turismo de la ciudad y su sostenibilidad.
"El cuerpo del niño se convierte en una mercancía, algo que se compra y se vende por una gaseosa, por un suéter o un celular", ex-plica Vergara.
Según la coordinadora, falta fortalecer la denuncia y los procesos de judicialización y condena de los agresores.
Desde julio del año pasado la Ley 1329 establece las penas para quienes actúen como proxenetas (de 14 a 25 años) y para quienes distribuyan o comercialicen pornografía in-fantil a través de medios de comunicación (de 10 a 14 años).
La Ley 1336 de 2009, también establece la extinción de dominio para quienes utilicen hoteles, hostales, apartahoteles y residencias para la explotación sexual infantil.
Ya está la ley a favor de los menores, "sólo falta que se vea la explotación sexual como una práctica que degrada y daña a nuestros niños", dice Vergara.
Las denuncias se pueden hacer en el Con-sejo Distrital para la Atención del Menor Abusado y Explotado Sexualmente, liderado por la Secretaría de participación y desarrollo social de la Alcaldía de Cartagena y por Ins-tituto Colombiano de Bienestar Familiar, también en las comisarias de familia o en la Fundación Renacer.
"El compromiso que todos necesitamos es que nos convirtamos en una muralla para impedir la explotación sexual en la ciudad", puntualiza Vergara.
Para tener en cuenta
- En las zonas de prostitución de la ciudad identificadas por todos los cartageneros como son La Calle de la Media Luna, el Parque Centenario, la Bomba del Amparo, el sector de la Plaza de toros y algunas zonas de El Bosque, también se encuentran me-nores de edad.
- Los niños explotados sexualmente es-tán expuestos a enfermedades trans-misión sexual y a situaciones de riesgo donde se incluye el consumo de dro-gas y alcohol.
- En la ciudad, hay niños víctimas de explotación sexual desde los 5 años.
- La Fundación Renacer tiene anual-mente en promedio 496 casos de víc-timas de explotación sexual infantil.
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